Mi experiencia como funcionario (interino)

Ser funcionario es una opción muy atractiva para la población española, y es un hecho contrastado con diferentes encuestas que se han llevado a cabo durante los últimos años. Hasta tres tercios de la población ve el funcionariado como una opción más que atractiva, y hasta cerca de un 25% de las personas que están en edad activa se ha preparado unas oposiciones en los últimos años.

Para los docentes, para formar parte del entramado público de profesores, el proceso se realiza, por lo menos, cada dos años, en el caso del Profesorado de Educación Secundaria, que es al que optaría yo; sin embargo, este año he sido funcionario interino a través de una vía que jamás había tenido en cuenta: las áreas de Empleo de los ayuntamientos.

En las consejerías relativas a los servicios sociales y al empleo, dependiendo del ayuntamiento, hay diferentes convocatorias de formación que, de forma usual, van a parar a empresas subsidiarias que contratan a docentes para encargarse de esos cursos. En mi caso, era el Ayuntamiento de Fuengirola quien contrataba, de forma directa y a través de nombramiento como funcionario interino, al profesor que se iba a encargar de las acciones formativas relativas a cursos de inglés; en concreto, las acciones SSCE03 – Inglés B1 y SSCE04 – Inglés B2.

El antes
Debo decir que antes de hacer este proceso, yo era totalmente ajeno a la oportunidad que brinda la administración pública a nivel local para con los profesores, por lo que un excompañero de la universidad me informó de este proceso. Se convocaron diferentes plazas de diferentes campos para la docencia, y necesitaban docentes de inglés; como he indicado antes, para unos programas formativos concretos. Solicitaban cierta documentación que, si hiciera falta, debía ser ampliada o rectificada, en plazo y forma correspondiente.

En mi caso, el plazo límite para enviar la documentación me pilló de viaje en el extranjero, por lo que realizar la entrega de los títulos, los anexos de autobaremación —que solicitaban una puntuación dependiendo de los años de experiencia— y demás se me hizo bastante complicado a través del teléfono; sin embargo, acabé entregándolo en plazo y, al cabo de unos meses, me solicitaron una documentación complementaria para justificar fechas y funciones dentro de ciertas empresas con las que había trabajado. Todo esto empezó en noviembre de 2023.

Es importante tener esta fecha en mente, ya que en febrero de 2024 se publicaron los resultados de la baremación, y que en julio de 2024 empecé a trabajar. Era curioso, ya que me había dado la sensación de que había mucha más urgencia para cubrir el puesto, pero la burocracia en muchas ocasiones suele ser bastante lenta.

El durante
Hay una cosa que me chocó mucho de ser funcionario y es que no existe contrato como tal, sino un acta de posesión, que justifica que has sido nombrado en tu puesto y en el lugar de trabajo correspondiente, así como que has jurado el cargo. Sí, otra cosa que me chocó es que tenías que «jurar» el cargo, para que tu función dentro de este engranaje que es la administración pública se ajuste a las necesidades de aquellos a los que atiendes, que, al final, es para lo que trabajan los empleados públicos.

Si bien a mí me encanta ser docente, debo decir que jamás me había sentido tan bien llevando a cabo mi profesión que haciéndolo durante los cuatro meses de trabajo en el Ayuntamiento de Fuengirola, en los que estuve enseñando a dos grupos diferentes (uno de B1, de julio a septiembre, y otro de B2, de septiembre hasta finales de octubre). Era una sensación muy agradable saber a qué hora ibas a llegar y a qué hora te ibas a ir, sabiendo que no había ningún tipo de hora extra que hacer, ni que tampoco te ibas a llevar ningún problema a casa.

También debo decir que tuve muchísima suerte, ya que tanto los alumnos como el resto de compañeros con los que trabajaba fueron un cielo. Fueron comprensivos cuanto tocaban, y agradables y atentos cuando hacía falta. La verdad que es que fue un absoluto gozo.

Hay otra cuestión que siempre llama la atención, y que también me pareció interesante, que era la flexibilidad a la hora de ofrecer un cierto número horas de libre configuración para atender cuestiones ajenas al trabajo; es decir, podías faltar al trabajo si tenías médico, y esas horas no eran ni penalizadas con menos sueldo ni tampoco había que recuperarlas. Es curioso, ya que en la privada pocas veces me había pasado eso, la verdad.

El después
Una vez terminada mi experiencia como trabajador de la administración, me tocó volver a trabajar como autónomo con las empresas con las que había colaborado antes de esta pausa, y también con algunas otras. En otras ocasiones he comentado que me gustaría cambiar mi perfil de docente, que, si bien me encanta dar clases de inglés y me apasiona hacerlo, quería abrirme algunas puertas. ¡Y eso he hecho!

Aunque esté trabajando como docente, y actualmente siga haciéndolo con pasión y con ganas, también estoy redactando contenidos para una empresa de formación y corrigiendo textos para otras. También estoy buscando nuevas oportunidades en otros ayuntamientos y la verdad es que me sorprende la cantidad de trabajo que he perdido durante todos estos años anteriores.

Estoy seguro de que seguiré contando experiencias como funcionario interino próximamente.

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