Antes de nada, debo ser totalmente sincero y debo decir que escribo este artículo prácticamente de seguido, sin ningún tipo de guion, como suelo hacer cuando me pongo delante de la pantalla a compartir mis experiencias en mi diario de a bordo; sin embargo, precisamente porque esta vez cuento cosas un poquito más personales, aunque tengan que ver con el trabajo, me gusta escribir un poco lo que me sale de primeras. Supongo que es porque siento que es lo que me apetece contar, lo que considero más grande o importante y así filtro un poco. O quizás, simplemente quizás, porque si me pongo a escribir el guion posiblemente me dé cuenta de que este artículo no tiene mucho más objetivo que despedirme hasta septiembre.

El año pasado tomé la decisión de volver a ser autónomo, como he contado en varias ocasiones a lo largo de estos nueve meses; sin embargo, mirando un poco la previsión del curso que hice en septiembre, lo de ser autónomo ni me lo proponía. De hecho, y siendo totalmente honestos, era mi último recurso. Y es que estaba pensando incluso hasta a dejar de ser profesor… y mira que me encanta la docencia.

Sea como fuere, debo decir que el resultado general del curso me ha gustado. He colaborado con diferentes empresas en cursos de diferente índole: presencial, online, subvencionados, bonificados… y en todos he salido bastante contento. A esperas de terminar este mes de junio, que se antoja bastante apretado a nivel de tiempo libre, estoy bastante satisfecho con todo lo que he conseguido: no solo he recuperado el contacto con el mundo laboral que perdí en junio del año pasado, sino que también he aprendido a darle un poco de cariño a mi yo trabajador que tan cansado estaba de no recibir ni una sola llamada.

Pero, como decía, todo cambió. Y no he parado de trabajar. Y de gestionar. Tiempo, dinero, recursos y descanso. Y debo decir que me he vuelto a enganchar con la docencia, precisamente gracias al contacto que he tenido con muchos alumnos que, agradecidos por la forma de enseñar que tengo (que no es ni mejor ni peor que la de otros), han acabado contentísimos con la formación y han tenido solo palabras de halago para mí. Incluso me he emocionado en más de una ocasión. Así que solo queda decir una cosa: seguiremos aquí en septiembre.