La lectura final de «Diario de un futuro traductor»

Diario de un futuro traductor - Ismael Pardo

Es imposible hacer un repaso por mi vida académica, profesional y personal sin tener en cuenta Diario de un futuro traductor. Es imposible no emocionarse pensar que hace más de siete años de la creación de un blog que llamó la atención de profesionales y alumnos, y que me permitió participar en casi una decena de charlas y de eventos; entre ellos, el ENETI de 2014, y algunas charlas enmarcadas en diferentes contextos de la Universidad de Málaga.

También emociona pensar que hace tres años que publiqué Diario de un futuro traductor, el libro que recoge los artículos más interesantes del blog y que agregó el diseño increíble de Josco Trejo, un prólogo de la traductora Eugenia Arrés y más contenido (entrevista con un terminólogo de la Unión Europea y profesor universitario, una lingüista y una reinterpretación de una entrevista a unos recién egresados).

La publicación del libro fue una increíble hazaña para mí, porque me permitió presentar mi obra antes cientos de personas en diferentes ciudades: Granada (en la Universidad de Granada, gracias a Ildefonso Muñoz y Marta Ávalos), Málaga (en The Translation Factory, gracias a Lola Gamboa y Rocío L. García), Alicante (en el ENETI 2015, gracias a todo el equipo por dejarme un pequeño stand donde pude vender mi libro y hablar con los lectores), Barcelona (en la Universitat Pompeu Fabra, gracias a la vocalía de la AETI) y Madrid (en Cálamo&Cran, gracias a Antonio Martín y a su equipo). También aparecí en Diario SUR y en alguna que otra entrevista de parte de compañeros del sector.

Vaya viajecito… Ha sido una experiencia increíble no solo llevar mi historia durante todo este tiempo ante tantísima gente, sino también todo el trabajo que ha habido detrás, que he realizado desde que estaba en primero de carrera y que, como he dicho más de una vez, se convirtió en un trabajo a media jornada que consistía en orientar, aconsejar, buscar información y demás tareas.

Pero todo llega a un final. Dicen que el amor tan solo dura tres años. De hecho, incluso hay un libro que se titula así, escrito por Frédéric Beigbeder. Sin embargo, yo sigo enamoradísimo de este proyecto que tantísimo me ha dado, como he mencionado, a niveles académico, personal y profesional.

Sin embargo, hace ya tiempo que comprendí que Diario de un futuro traductor no interesa tanto a los estudiantes que hay ahora en las universidades y que no le puedo dedicar todo el tiempo que necesita (trabajo, estudio y a duras penas puedo llevar adelante este blog).

Pero no me quedo con lo malo: me quedo con las charlas, con los mensajes, con las reseñas del libro, con las veces que he podido contactar con personas que conocían mi obra y que querían saber más acerca del proceso de (auto)edición.

Gracias a todos los que habéis leído Diario de un futuro traductor.
Gracias a todos los que aún seguís aquí.