Razones por las que el Máster de Profesorado no es lo que buscas (y una por la que puede ser una buena opción para ti)

Hace ya un tiempo que llevo viendo cómo profesionales de diferentes sectores ven en el Máster de Formación del Profesorado una salida sólida a sus problemas laborales, debido a la supuesta estabilidad que ofrece la docencia (y que ya vimos que no se cumplía). No obstante, es importante tener en cuenta que esta opción no es para todo el mundo, y, sin embargo, sí que hay personas para las que esta formación en concreto es la indicada. Aunque pueda parecer una opción atractiva en cuanto a seguridad laboral, la verdad es que —al menos, en mi opinión— hay aspectos fundamentales, como la pasión y la vocación, para tener éxito en esta profesión.

En esta nueva edición de «Razones», después de hablar de otros aspectos laborales y personales (como el trabajo con academias, ser autónomo, opositar o trabajar como profesor), exploraremos las razones de peso por las cuales el Máster de Profesorado puede no ser la elección adecuada para todo el mundo, y también presentaremos una razón por la que estudiar este máster puede ser un acierto.

[❌] La formación deja mucho que desear
Para mí, uno de los mayores inconvenientes que tiene el Máster de Profesorado es que le falta mucho más enfoque en la practicidad y el día a día, así como en las habilidades necesarias para ser eficaz en nuestro trabajo como docentes. Los que hemos estudiado el máster coincidimos en una queja común, y es que la teoría que se imparte en la universidad no se traduce correctamente en cómo funcionan realmente las aulas, lo que crea una brecha entre lo que se enseña y lo que se requiere para ser profesor.

[❌] El máster es un simple trámite
Teniendo en cuenta que lo que ahora conocemos como Máster en Formación del Profesorado era un curso de apenas cuatro meses hace menos de diez años, y que se tuvo que adaptar debido a la realidad que dejó el Plan Bolonia, es normal que muchos percibamos esta formación como un simple proceso burocrático por el que hay que pasar para ser profesor en lugar de una experiencia enriquecedora y motivadora. Si bien me parece que hay que tener conocimientos y reconocimientos académicos para adaptar los conocimientos de otros estudios, como puede ser mi caso —al haber estudiado Traducción e Interpretación—, la carga administrativa y las formalidades eclipsan el propósito del máster, que desmotiva a los estudiantes y afecta el compromiso que podíamos tener al principio.

[❌] Las universidades públicas tienen plazas muy limitadas
Da miedo ver cómo pasan las convocatorias y pensar que no vas a poder estudiar lo que quieres, o que vas a tener que cambiar tus planes a última hora porque no sabes si finalmente podrás entrar al máster, tal como tenías pensado. Pues es lo que me pasó a mí: entré, casi de chiripa, en la última llamada, ya que, en principio, había quedado relegado por diferentes motivos a estar en los últimos puestos. Es algo que veo que falla a este máster, ya que la limitada disponibilidad de plazas en las universidades públicas crea una competencia feroz, lo que obliga a muchos estudiantes a optar por instituciones privadas. Las plazas ofertadas, por ejemplo, en la Universidad de Málaga para el Máster de Profesorado son 550, insuficientes para la demanda que existe actualmente. Esta falta de plazas se traduce en una desigualdad para todos aquellos que quieran ser docentes y que no puedan permitirse los altos costes de la matrícula en instituciones privadas, lo que resulta en una barrera financiera para aquellos que quieren trabajar como docentes, pero que no han podido estudiar en la pública.

[❌] El sueldo y el reconocimiento no se ajustan a la profesión
Escribí hace años un artículo en Diario de un futuro traductor llamado «El dinero (no) es nuestro dios», inspirado en una canción de Fangoria, y en el que hablaba de la rentabilidad de mi campo laboral; por aquel entonces, viraba más hacia la traducción que para la enseñanza. Sin embargo, aunque la estabilidad laboral pueda ser un atractivo para algunos, la remuneración en el campo de la educación no siempre es acorde con la carga de trabajo y la responsabilidad que conlleva. Los profesores a menudo nos encontramos salarios bajos en comparación con otras profesiones que requieren un nivel similar de educación. Además, el reconocimiento social y el valor atribuido a la labor docente a veces pueden ser insuficientes, lo que puede afectar negativamente la motivación y la satisfacción laboral.

Sin embargo, sí que considero que hay un punto positivo para estudiar este máster para habilitarte como docente, y es que…

[✅] Los docentes tenemos un impacto (potencialmente) positivo en los estudiantes
A pesar de las dificultades y los desafíos asociados con la enseñanza, una de las principales razones por las que estudiar el Máster de Profesorado puede ser una buena opción es el impacto positivo que puedes tener en la vida de los estudiantes. Como profesor, tienes la oportunidad de moldear y guiar el futuro de las generaciones venideras, inspirar el amor por el aprendizaje y marcar una diferencia significativa en la sociedad. Ver el crecimiento y el progreso de tus estudiantes puede ser profundamente gratificante y enriquecedor.


***

En conclusión, el Máster de Profesorado no es para todo el mundo, ya que requiere pasión, vocación y una disposición para enfrentar los desafíos diarios que conlleva la enseñanza. Sin embargo, si tienes una auténtica pasión por la educación y la capacidad de hacer frente a los desafíos, estudiar este máster puede brindarte la oportunidad de tener un impacto positivo en la vida de los estudiantes y de contribuir al desarrollo de la sociedad. Recuerda siempre evaluar tus intereses, aptitudes y motivaciones personales antes de embarcarte en una carrera en la docencia.

Deja un comentario